Hoy no fue un buen día.

Hoy fue un día casi sin consecuensias pero muy frustrante en el trabajo.

Hoy me sentí medio pendejo.
Quiero que se acabe esa sensación.

Amargado soy yo.

De vez en vez, todavía pienso que hay mucho pendejo afuera, y como dice una amiga, habría que matar a uno que otro.

A veces siento que soy muy amargado, pero hago un autoanálisis rapidamente y me doy cuenta que quizá mi humor es muy  diferente al del resto de la gente en ocasiones, y ellos me dicen amargado por no reir y yo por dentro digo que están muy pendejos. Esa es, desde hace un tiempo, parte de la historia de mi vida.

Hay personas con las disfruto mucho estar, con las que me rio peor que un enano al que le hacen cosquillas, otras no necesitan hacerme reir para hacerme sentir muy bien, y unas más, inexplicablemente me hacen sentir incómodo con solo escuchar su tono de voz, ver su porte al caminar o simplemente tratar de explicarme sus actitudes, es entonces que entiendo que Díos no me haya dado los poderes de Gokú, porque desde hace mucho tiempo ya los habría matado a la verga. Tambien entiendo entonces, que soy medio pendejo e intolerante, pero nadie es perfecto.





Aclaración.

Hoy no escribo, pero espero que mañana sí. Espero.

Pichón.




Bicentenario

No recuerdo cuando fue la última vez que fui a una celebración del grito de independencia, ayer, se cumplieron 200 años de lo que, según la historia que enseñan oficialmente en las escuelas, personajes como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Josefa Ortiz de Dominguez y demás nombres que identifican avenidas importantes en cualquier ciudad del país, iniciaron con la firme entereza de tener una nación propia y libre de tiranías. Ayer se celebró el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución de mi país, México.

Cuando era niño papá nos llevaba a la plaza cívica de la ciudad donde vivíamos para dar el grito, era una noche de fiesta, de juegos artificiales, de banderas, de puestos de elotes y fritangas, de terminar con los pies molidos pues no había donde sentarse, pero todo lo valía por el momento en el que el alcalde de la ciudad, desde su balcón, hacía sonar un campanario y gritaba con la voz más guerrera que podía ¡Viva México! En aquel entonces, ese era mi sustituto para sentir la respiración de una mujer en el cuello que me erizara la piel. En general, eran buenos tiempos.


Hoy mi sentido patriota despierta sólo cuando en alguna competencia, deportiva en su mayoria, suena el nombre de México, la verdad, ya es difícil sentirse orgulloso de este país sin que algo así pase, Televisa puso su grano de arena con la campaña "Esto es México", pero uno ya no puede sentirse tan orgulloso de un pais en el que cuatro o cinco cárteles de la droga se pelean el  territorio, donde el gobierno convive con estos últimos y se dedica a bajarle los calzones a la gente y a meterle la verga sin que estos tengan derecho a réplica, dónde mi madre se rompa la espalda para que mi hermano vaya a la universidad a duras penas, eso  para mi, ya no es objeto de orgullo patriota, ya no es suficiente con decir que somos el país de los luchadores, o que nos reimos de nuestras desgracias, para mi, actualmente las frases quedan chicas a la situación actual del país, y eso es triste.

Es muy guajiro, pero espero que algún día vuelva a sentir ese orgullo sin que gane la selección, o vea un paisaje hermoso de algún rincón del país,  un orgullo bonito, que me haga poner un penacho y salir a la calle gritando viva México.



Black Friday.

El viernes fue un día difícil en la oficina, empezó desde antes de llegar a ella, cuando iba con la cola entre las patas por llegar más de una hora tarde, y lo todavía peor es que llevo quizá una semana llegando tarde, que terrible.

Abría la puerta del piso y justo del otro lado la abría mi vecino el piedra, con algo de desconcierto en su rostro. 

-¿Qué pedo? ¿Todo bien?

-Este, si, bueno, con nosotros si, ahorita te vas a dar cuenta.

De inmediato pensé que habría problemas, y serios, pero con un poco de tranquilidad por lo que me dijo, quizá había un problema en mi departamento pero en otra área, pensé.

La siguiente imagen me decía que la situación era aún más grave. Mi jefa que en teoría estaba de vacaciones estaba en la oficina y estaba trabajando, era algo grave, sin duda. Fui a leer mi correo y esperaba ver entre otras cosas algún correo del director del departamento, que es un hijo de puta, y sí, si había uno, pero no me decía nada del otro mundo. Después vino Mónica.

-¿Pasó algo Mónica?

-Si, una promoción bla bla bla.

-Órale, con razón.

Silencio.

-¿Ya leíste lo de Iván?

Un escalofrio invadió mi espalda de forma inmediata, Iván fue mi primer amigo en este empleo, estudió en la misma universidad que yo y también venía de Ensenada, además de que practicamente fue mi maestro en el puesto que desempeño. Meses después de que entré al trabajo fue hospitalizado, la razón: Un tumor en la cabeza.

El correo decía textualmente:

El día de ayer, a las 6 de la tarde, en el hospital de la universidad de San Diego, California, nuestro compañero y amigo Iván, tranquilo y en paz, partió con el señor. Estaremos pendientes para los servicios fúnebres.

Y en verdad fue un buen putazo emocional.

A lo largo de mi vida no recuerdo haber experimentado una muerte tan cercana, no derramé una sola lágrima pero la noticia si ha hecho algunos nudos en mi garganta, recordar a mi amigo con su sonrisa y más aún, recordar que quizá fuera mi mejor amigo en la oficina son factores que hacen su perdida un poco difícil. 

El viernes todos en la oficina estaban cabizbajos, al principio, el ambiente era tenso y triste, entre a la oficina de mi jefa y sus ojos todavía mostraban lágrimas, era mejor no mirar a nadie directamente. Pasadas las horas yo mismo hice como si nadie hubiera muerto, y seguí como cualquier otro día, pero nunca deje de pensar en lo terrible que era.

Después hablé con mi jefa, me imapctó como narró los hechos,

Tenía días que no despertaba, su mamá le dijo que estabamos ahí,  empezó hablarle y basicamente a despedirse, entonces Iván derramó unas lágrimas y nos puso tristes a todos. Media hora después murió.

Debe ser terrible escuchar como te dicen que todo ha valido verga y no poder hacer otra cosa más que derramar lágrimas, no poder despedirte de tu madre y hundirte en una incertidumbre de no saber que viene después.

¡Puta madre!

Wey, ... nada. 


Thwak.

Este sería mi tercer o cuarto regreso a la blogósfera, en realidad ya no lo recuerdo, tampoco recuerdo muy bien la fecha en la que publiqué por primera vez un post, seguramente fue no hace mucho tiempo, o no tanto como el que tienen los pioneros, yo siempre hago la analogía de mi llegada a estos medios con el escenario de llegar tarde a una fiesta, cuando ya todos están pedos, sonrrojados y cogidos. Así estaba la blogósfera cuando yo llegué.

Hace minutos leí un post de Guffo, quien fuera quizá mi primera influencia en esto de los blogs, reí tanto como aquel post donde narraba su tarde en las luchas, a su más puro estilo, con las groserias, con su amargura, con su sarcásmo, con el humor a fin de cuentas, que lo caracteriza.

Yo no sé si este regreso sea definitivo, temporal o sólo una llamarada de petáte, inicialmente quería regresar sobre wordpress y con mi dominio .ro, lo interesante de un dominio .ro sería que mi blog sería literalmente rich.monte.ro, hecho que encuentro too cool for school, pero según leí tengo que tener un negocio en Rumania para tener derecho a esos dominios, así que hasta que no ponga mi almacén de ataúdes o un banco de sangre en la comarca de Transilvania, blogger seguirá siendo mi asilo.

 

Por si o por no, he vuelto, de nuevo.


I'm back

Tenía pensado no volver a escribir sino hasta que tuviera mi propio dominio, pero creo que lo que está pasando en mi vida es lo suficientemente relevante como para omitir lo arriba mencionado.
Ayer por la noche empecé una nueva etapa en mi vida, después de haber pasado por los peores meses de mi existencia -Quizás exageré, pero no tanto- al fin encontré trabajo y me encuentro ante el principio de mi vida adulta. Algo tarde, por cierto.
Dejé a mi madre, seguramente llorando después de verme atravesar la puerta de su casa, a mi padre con una mezcla de orgullo y preocupación por mi suerte, y a un excelente hermano del que estoy seguro estaré orgulloso en los próximos años.
Hoy fue mi primer día como habitante de Tijuana, ciudad de míticas ejecuciones, de titulares con grandes letras rojas y fotos de masacres, de maquiladoras, de convoyes de 4 patrullas por razones de seguridad pero sobre todo, la ciudad que hace años me abrió las puertas y que no importando que me haya ido para no volver, hoy me ha aceptado de nuevo sin resentimiento alguno.
He llegado pues, a la ciudad del pecado.